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miércoles, 26 de septiembre de 2012

CRÓNICA SAN SEBASTIÁN MARTES 25


Hoy hemos asistido al estreno de The Dead and the Living de Barbara Albert y a la cita en el Kursaal ha asistido junto a su actriz protagonista Anna Fischer.
A pesar de que el título lleve a la confusión, la película ni es de terror ni aparecen zombis, sino que habla del terror del holocausto y de las consecuencias familiares que pudo acarrear.

La película nos sitúa a Sita, que tras el 95 cumpleaños de su abuelo descubre que éste formó parte de las SS. A raíz de esto comenzará un viaje por Europa en busca de la verdad, aunque lo que en realidad va en busca es de sí misma, de comprender de si es capaz de perdonar a alguien al que ama, de cómo la culpa puede afectarle incluso habiendo nacido décadas después de la 2ª Guerra Mundial.

Tenemos que reconocer que tras la decepción que tuvimos ayer con Foxfire, hoy íbamos con cautela, porque el argumento nos llamaba, pero podíamos encontrarnos cualquier cosa. Sin embargo, no ha sido así, sino que hemos salido maravillados por esta película austríaca.
Una película que comienza poco a poco para de repente atraparte con una historia que nos habla de la culpa que todavía se siente por el pasado de nazi, de cómo las generaciones posteriores de quienes participaron sienten la necesidad de conocer por qué su familia lo hizo, qué les motivaba para apoyar unos hechos tan inhumanos.
Estas cuestiones nos las plantea la directora a través de la mirada de su protagonista, que va recorriendo diferentes ciudades por las que vivieron sus abuelos, en busca de una verdad que en el fondo conoce y que le gustaría que no fuera así, y el sufrimiento que le produce haber amado a una persona que consideraba buena hasta el momento de saber que pudo ser un monstruo.

Durante toda la proyección nos vino a la cabeza la película The Reader de Stephen Daldry que abordaba, aunque un poco de lejos, éste tema, y el libro que adapta que aborda sí que trata estas cuestiones.
La idea que tenemos de la época nazi, con guardias malvados y médicos locos, y ahora la directora nos ofrece otro enfoque, aquellas personas que por diversas cuestiones como miedo, o búsqueda de un trabajo, fueron partícipes de aquello, o que simplemente no se atrevieron a alzarse contra tanta crueldad, ¿esas personas merecen el perdón?

Es una película que plantea muchas preguntas, algunas su repuesta la tiene el propio espectador y puede diferir, y tiene un gran trasfondo que nos ha entusiasmado.
Rodada con mucha fuerza, tiene una potencia visual increíble apoyada de una banda sonora perfectamente elegida y una fotografía que no te deja un segundo.
Destaca la gran interpretación de su protagonista Anna Fischer, que hace una construcción de su personaje muy intensa, y que bien le podría valer un premio en San Sebastián. Su mirada se penetra en el espectador y consigue que sientas el sufrimiento de su personaje al descubrir verdades horribles de su familia.

Una gran película, dura por el mensaje que nos lanza, intensa y con mucha fuerza, una gran acierto del festival de este año. No pasará desapercibida.
Puntuación: 8/10

En la rueda de prensa destacar que le han dado a la directora la enhorabuena los periodistas, han hablado de la herencia recibida por esta generación de nietos de participantes de la 2ªGuerra Mundial y cómo ellos tienen que perdonar y como ha dicho su protagonista hacerlo para no caer en los mismos errores.
Ha sido una rueda de prensa muy interesante, se ha preguntado si ha sido demasiado dulce la directora con el final y ha respondido que en sí la película pretende ser una historia de amor y cómo el viaje que recorre la protagonista le sirve para volver a su vida real.
Ha recalcado que la película trata más de la relación del padre y la hija, que con el abuelo de las SS, de cómo el padre afronta la historia familiar con el secretismo, convirtiéndolo en tabú, mientras que la hija expresa sus sentimientos y quiere conocer la verdad.
Al ser una película con toques biográficos al final han acabado preguntando más por el pasado del abuelo de la directora y cómo ésta ha afrontado el hecho de la película en sí.


Después, nos hemos ido a ver El Artista y la Modelo de Fernando Trueba que desde el domingo que se presentó no habíamos tenido la ocasión de ver hasta ahora.
Os recordamos que es una de las elegidas junto a Blancanieves y Grupo 7 para representar a España en la próxima gala de los Oscar.

La película nos sitúa al final de la 2ª Guerra Mundial a un artista que en la Francia ocupada, cerca de la frontera española, acoge en su taller a una exiliada española, que toma como modelo para su próxima escultura. Poco a poco se formará un profundo vínculo entre ambos, con el arte como telón de fondo.

Trueba rueda otra película inusual tras El Baile de la Victoria y la sorprendente Chico&Rita y da un salto al vacío con esta historia rodada en blanco y negro y en francés.
Puede que sea la película más arriesgada del director, y que sea precisamente la mejor de toda su filmografía.
Rodada con mucho mimo, con un ritmo suave más que lento, y con el amor al arte que se respira en cada uno de los preciosos planos de la película. Esta historia es ante todo una historia de amor, tanto al ser humano como al arte, a la naturaleza y Trueba nos lo muestra con un guión genialmente escrito junto con Jean-Claude Carrière, que parece ser literatura hablada con esos diálogos profundos y exquisitos.

Una propuesta valiente que deambula por una línea muy peligrosa, y que sin embargo sale victorioso el director, que no precisamente no pretende ser pretenciosa, sino una sencilla historia de amor.
Con la guerra como telón de fondo, vamos conociendo a los personajes poco a poco, y sin ser una historia complicada ni enredada consigue captar el interés del espectador, que quiera saber en todo momento qué será lo siguiente que ocurrirá en esta relación de amor platónico que surge entre un creador y su modelo, su mejor obra.

Artísticamente sobresale y la decisión de no contar con música durante toda la película hasta justo la escena final, demuestra que mientras que otras películas necesitan de la música para conseguir la profundidad y el sentimiento necesario (para eso están), aquí no era preciso y como podemos observar la intensidad de sus imágenes se bastan para disfrutar de una de las mejores películas del festival.
Con un grupo de actores totalmente entregado a la historia, desde una Chus Lampreave cómica y una Claudia Cardinale perfecta, el duelo interpretativo entre Jean Rochefort y Aida Folch resulta ser todo un caramelo, un regalo que no debería pasar inadvertido.
¿Rochefort mejor actor del festival? Por nosotros sí.
Puntuación final: 9/10

Se han presentado también hoy en la Sección Oficial All Apologies y The Attack. De la primera decir que ha ha dividido las opiniones, unas que es regular y otras que no está mal pero tampoco es una película que entusiasme.
De la segunda no os decimos nada dado que el jueves la veremos y ya os contaremos en más profundidad.

Resumiendo, un día muy buena de calidad en lo que hemos visto, con la 2 Guerra Mundial como protagonista, y pasado por la intensa lluvia de San Sebastián.

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