Desde Dinamarca nos llega éste drama histórico ambientado en la corte del rey Christian VII, aclamada en el Festival de Berlín donde obtuvo dos premios (mejor actor y guión), además de reconocimientos como nominaciones a los premios BAFTA, Globos de Oro y los Oscar.
Caroline Matilde (Alicia Vikander) es desposada en un matrimonio de conveniencia con el rey Christian VII de Dinamarca (Mikkel Boe Folsgaard) que sufre grandes cambios de comportamiento, haciendo insoportable la convivencia. En esa situación, el liberal Johann Friedrich (Mads Mikkelsen) es nombrado médico del rey y comienza a ayudar al rey a proclamar medidas que hagan avanzar al país. La reina rápidamente se enamorará de Johann y ambos vivirán una secreta relación, en la que deberán decidir si ser fieles a su rey, rendirse a la pasión o tener la posibilidad de cambiar radicalmente un estado anclado en la Edad Media.
Nikolaj Arcel, hasta el momento conocido sobre todo por la escritura del guión del primer Millenium, se lanza a la aventura de rodar un drama histórico de los que ya no se hacen, que han pasado precisamente a la historia. Aquellas películas de los 90 de príncipes, reinas que asumían el papel de heroínas y nobles ansiando ver caer el reino, como las magníficas La Reina Margot o En Guardia!
Así se nos presenta este inaudito relato de la vida del rey Christian VII, ¿o es la historia de la infelicidad e infidelidad de la reina? ¿O es acaso una historia de cómo una nación tuvo la oportunidad de cambiar su destino?
La película es todas estas cosas a la vez, bajo una trabajada y esmerada dirección de Nikolaj Arcel, que ha sabido dosificar a la perfección todos los temas de los que habla la película, y pasando del biopic histórico al drama romántico con toda naturalidad. Este tipo de historias suelen correr el peligro de que el romance deje de lado un mayor transfondo, pero ahí está el personaje encarnado por Mikkelsen, instrumento mediante el cual indaga en la historia Danesa y que utiliza para hablarnos de cómo un país pudo pasar del más absoluto oscurantismo a la liberación, donde ciencia y religión podían ir de la mano y cómo el ser humano puede cometer las más atroces injusticias por la búsqueda de poder.
Una de las mejores películas de los poco que llevamos de año, aunque hay que señalar que viene de la cosecha anterior, consigue enganchar al espectador desde el principio con una historia sencilla, que hemos podido ver en otras películas, sin embargo, por
la sutileza de su director a la hora de abordar el retrato de los personajes, ofrece un retrato inmejorable de lo que supuso el inicio de la modernización del mundo Occidental.
Se apoya en un guión muy trabajado que ha sabido captar el alma de sus (anti)héroes, que a pesar de ser narrada la historia por la joven reina, no cae en la trampa de dejar de lado a ninguno del trío protagonista al abordar el asunto amoroso. Aporta el director una tierna e incluso paternalista mirada sobre el enfermo y loco rey, a través de su relación con su médico, haciendo que pases de odiarlo a incluso compadecerte y entender lo duro que debe ser soportar una carga obligada.
La cuidada producción ayuda a entrar en la historia al espectador, incluso llegando a parecer de estar viendo los hechos verídicos en directo, como si de una perfecta representación de la realidad se tratara. Y para ello se vale su director de varias armas que parece conocer a la perfección para dotar al conjunto de una emoción impresionante, apoyándose en su fotografía, dirección artística y música original.
Destacar el gran trabajo de sus intérpretes, que gozan de química total entre los tres, destacando la soberbia actuación de Mikkel Boe Folsgaard, completamente metido en su personaje.
Un gran acierto de película, soberbia, que llama a ser re-visionada y totalmente aconsejada para todo amante de los grandes dramas históricos con conjuras palaciegas. No extraña que haya sido una de las películas más mencionadas en la carrera de los premios de la recién temporada pasada.
Está llamada a convertirse en todo un clásico.
+ La sobriedad de la propuesta, nada reñida con su gran visualidad
- Le falta atrevimiento en los encuentros amorosos, todos muy pudorosos.
PUNTUACIÓN TOTAL: * * * * *