
La tercera película de Cobeaga se presentó en el marco del Festival de San Sebastián, aunque no con la valentía de incluirla en la Sección Oficial, sino en la Zabaltegui. Aun así fue una de las grandes sorpresas del festival y una de las mejores películas que se proyectaron. Ahora llega a los cines esta típica comedia que ficciona, o más bien versiona, uno hechos grises como la negociación con ETa para darle un giro radical y convertirlos en una comedia. Pero, que nadie se lleve las manos a la cabeza, ¡que nadie se asuste! El que Cobeaga haya rodado una comedia con aquel telón de fondo no significa para nada que se haya tomado a broma un asunto tan delicado y peliagudo como el que retrata la película.
Una de las reflexiones que uno puede hacerse durante el visionado de "Negociador" es si trata sobre ETA y asuntos de Estado. Seguramente trate de todo eso, pero no es lo que Cobeaga parece haber pretendido contar porque esta película, más allá del marco en el que se sitúa, nos habla de la estupidez humana, en cómo dos personas o dos colectivos no pueden poder llegar a un acuerdo, aparcar sus diferencias, pensar que tienen más en común de lo que creen y por una vez ponerse de acuerdo, incluso necesitando mediación de alguien que seguramente comprenda menos aun qué es lo que les ocurre.
Sin embargo, Cobeaga no pretende ponerse demasiado serio a priori, eso no le pega, sino que nos ofrece un festín de chistes, situaciones y malentendidos lingüísticos divertidísimos de los que son cómplices Ramón Barea y Josean Bengoetxea que le ponen el rostro al político socialista y etarra respectivamente, magníficamente interpretados por ambos y mención especial a un Barea que una vez más demuestra ser uno de los grandes actores del cine español con una interpretación que pasará a la historia de nuestro cine gracias al patetismo y la mirada honesta que le imprime al protagonista de esta farsa. Gracias a un guión hilarante, inteligente y sobre todo muy valiente, Borja Cobeaga va diseccionando un problema tan importante en la sociedad tanto vasca como española, de forma en que su agudeza da un paso más allá y encontramos tras cada personaje, cada gesto y cada gag una auténtica y profunda reflexión. De esta manera no pierde el director la oportunidad de ofrecer su punto de vista, de mostrar hasta qué punto las personas pueden llegar a resultar auténticos idiotas y que son más cosas las que nos unen que las que nos separan.

+ Su humor inteligente y Ramón Barea.
- Las películas de Cobeaga no acaban de lograr una buena estética y empaque visual.
PUNTUACIÓN TOTAL: ★ ★ ★ ★
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