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lunes, 18 de noviembre de 2013

JORNADA EXPRESS FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE GIJÓN

Ayer casualmente pasamos por Gijón, cuidad asturiana que acoge esta semana el Festival Internacional de Cine de Gijón, y aprovechamos para disfrutar de parte de su programación.
El festival, año a año va ganando relevancia a nivel internacional, trabajándose más y más las películas que participan en sus diferentes seccione, haciendo que no tenga nada que envidiar a otros festivales como el de San Sebastián o la Seminci de Valladolid.
En unas breves líneas os queremos contar las películas que hemos visto y a la vez hacer una pequeña, pero concisa crítica de cada una de ellas.

Al final del artículo, os dejamos el trailer de las películas que hemos visto


Por la mañana fuimos a ver " Ma Maman est en Amérique, elle a rencontré Buffalo Bill" aka  Mi Mamá está en América, ella ha conocido a Buffalo Bill de Marc Boreal y Thibaut Chatel y que participa en la sección Animaficx. 
Nos encontramos con una grata sorpresa, una película de animación francesa, que aunque a priori pudiera parecer que estamos ante una película infantil, resulta ser una gran reflexión que al final disfrutarán más los mayores, sin dejar de lado a los más pequeños, que es divertirán con las aventuras del joven protagonista.

La historia nos sitúa a Jean, un niño que ha perdido a su madre, aunque él crea que se encuentra de viaje por el mundo, a la vez que nos narra el primer comienzo en la escuela.


A través de su tierna e infante mirada, nos ofrece una visión del mundo de los adultos, que mediante sus ojos y de su interpretación de lo que le sucede, el espectador más mayor podrá reflexionar sobre temas como la pérdida de un ser querido, el paso a la madurez, las mentiras que las personas se hacen para proteger a quien más quieren, a la vez que demuestra lo infructuoso que resulta ser.
Con el aire del mejor cine de animación que el país galo viene haciendo en los últimos años, alejando su estilo del que impera en el país americano, estamos ante una pequeña joya, hecha con mucha pasión y haciendo sentir al espectador que un cine de animación para niños y adultos, en el que los primeros disfruten y los segundos puedan pasar un rato agradable, a la vez que reflexionen, y que no haya la necesidad de insertar chistes y bromas para no aburrir a los adultos como mandan los cánones de ciertos dinosaurios y ogros verdes.
Nuestra calificación: 8,5/10
Lo mejor: hacer que no olvidemos que un día fuimos niños.
Lo peor: perdérsela.



Luego después de disfrutar de un agradable paseo por la ciudad y de comer un exquisito Cachopo nos encaminamos al teatro Jovellanos para la proyección de de "Les Garçons et Guillaume,à table! aka "Los Chicos y Guillaume a la mesa! de Guillaume Gallienne que concursa en la Sección Oficial y estuvimos en la sesión para el premio del Público, en la que tuvimos que ponerle nota.


La película está basada en una obra de teatro que a su vez se inspira en la vida del director, guionista y actor de la película. En ésta insólita propuesta, nos cuenta el Guillaume del título, desde un escenario los sucesos más importantes de su vida, en la que él y todo el mundo creía que era una chica, y así lo trataban, además de destacar la estrecha relación con su madre, a la aspira ser, imitándola en sus gestos, su forma de hablar, la cual en su particular forma de ser es la única que comprende al protagonista, que se siente incomprendido por todo el mundo.
La película, a pesar de lo truculento y dramático que pudiera parecer, es una comedia en toda regla, en la que el espectador no parará de reir en ningún momento, sobre todo por la divertida actuación de la madre (interpretada también por Guillaume Galliene) que está omnipresente en la cabeza del protagonista en cada una de sus aventuras.


Durante la película asistimos a los años de internados, su vida familiar y algún que otro viaje como a La Línea de la Concepción en Málaga, donde se marca un divertido y flamenco arranque de película.
La película, que resulta una divertida experiencia, absurda y delirante a la vez, nos introduce en el mundo de una persona que se siente diferente, que no ha encontrado su lugar en el mundo, y cómo esa búsqueda puede producir cierto dolor, haciendo darse cuenta las cosas no son cómo uno, ni los demás creen, que las personas son algo más que la proyección que de ellas hacen sus seres más allegados. 
Resulta de alabar el buen hacer del director en su primera incursión en el cine, sobre todo en el apartado técnico, donde demuestra moverse con solvencia y conocer más de un truco sacado del teatro y adaptado a la gran pantalla, para no caer en ningún momento en la linealidad.



A pesar de todo, en la parte final de la segunda mitad de la película, ha corrido el riesgo de que su pequeño experimento le fuera en su contra, en pasar la delgada línea  que separa la genialidad a la pedantería, y muy cerca ha estado de ocurrirle. A pesar de ello, el relato en ese punto toma un rumbo hacia el final, dando una estocada final y dando un completo giro a la historia, a la vez que lógico y sorprendente, que hace que acabemos por valorarla positivamente.
Nuestra calificación: 7/10
Lo mejor: un delirante Guillaume Gallienne interpretando a la teatral madre, una delicia de personaje.
Lo peor: peca de poca profundidad, desaprovechando la buena oportunidad que ha tenido.


Para culminar el día asistimos a la proyección de "Ida" de Pawel Pawlikowski, también concursando en la Sección Oficial. El director polaco ya sabe lo que es ganar el máximo galardón en el Festival, que ocurrió con "Last Resort" en el año 2000. Después de la proyección estuvimos en un coloquio con el director donde respondido a las preguntas de los asistentes.
"Ida" nos sitúa en el inicio de la década de los 60, en la Polonia comunista, un país que todavía no ha cerrado sus heridas tras la Segunda Guerra Mundial. La historia comienza con la joven Ida, novicia a punto de tomar sus votos en un convento, que antes de hacerlo debe visitar a su tía, el único pariente que le queda tras la guerra. Tras la visita, descubrirá que en realidad es judía y que su familia fue asesinada, ambas emprenderán un viaje por la Polonia más sórdida en busca del asesino de su familia y en el fondo, en búsqueda del perdón que necesitan para seguir viviendo.

Hemos de reconocer, que lo mejor del día, el broche final para esta visita express al Festival, ha sido esta pequeña joya del cine polaco.
Una dura película, rodada en blanco y negro, en la que dos personajes totalmente opuesto, que rivalizando en su forma de vivir y enfrentarse al mundo, consiguen unirse para descubrir una verdad dolorosa, un pasado que ha quedado oculto, metáfora del horror que ha podido ser silenciado en un país que sufrió la crueldad nazi. La película, que desde este momento situamos entre nuestras favoritas del año, no es lo que se dice una obra para todo tipo de públicos. 
Rodada de una forma en la que la imagen está recortada, y mostrando sobre todo el aire que hay por encima de los personajes, sin apenas una música que acompañe en el viaje que emprenden las protagonistas, podría hacer corre a más de uno. Después de haber podido disfrutar de esta película, que no necesita trucos ni artificios técnicos para que la historia gane profundidad, no podemos estar más de acuerdo con todas las decisiones que ha tomado el director. La crueldad y la frialdad del horror, no necesita de ningún apoyo para que el espectador pueda sentirla, ver cómo el mundo de estas dos mujeres va desquebrajándose a raíz de ir descubriendo la verdad, no necesita de más de poder sentirse identificados con ella.

Una película desgarradora, de esas que te parten el alama, pero a la vez muy necesaria, que no intenta edulcorar una realidad que ha ocurrido, y su director nos cuenta las cosas tal y cómo son, la vida misma. El cara a cara interpretativo entre Agata Trzebuchowska y Agata Kulesza están clamando un premio ex aqueo en el Palmarés del festival. Mientras que una afronta con sus silencios y sus clavantes miradas, la otra es una furia, un pesonaje roto que deambula dando tumbos directa al abismo.
Es una película que no debería pasar desapercibida y desde este momento jamás podremos olvidar, sobre todo por el debate que puede generar, por mostrar una oscura cara de Polonia que hasta ahora muy pocas veces el cine sobre la Segunda Guerra Mundial ha querido mostrar, como la pasividad de parte de su población de cara al pueblo judío, y que lejos de querer abrir heridas, propone un viaje de redención que pocas películas en los últimos tiempos han conseguido.
Nuestra calificación: 9.5/10
Lo mejor: la tensión y crudeza de su historia
Lo peor: sinceramente, nada.






























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