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lunes, 8 de junio de 2015

PHOENIX "alas de un ave quemado"

Este fin de semana y tras mucho retraso desde su presentación en el Festival de San Sebastián se estrena la película alemana "Phoenix" que recibió la Premio Especial del Jurado y fue una de las películas más comentadas durante dicho festival por levantar tanto amores como fríos comentarios. Ahora coincidiendo con su estreno en España rescatamos parte de la crónica de aquel día en el que tuvo su estreno internacional y de esta forma readaptarlo como crítica de cara a su estreno comercial en cines.

Nelly (Nina Hoss) es una cantante que tras salir desfigurada de un campo de concentración nazi se somete a una intervención quirúrgica que le reconstruye la cara y obtiene de esta forma un nuevo rostro y con él una nueva identidad. Nelly busca a su marido, que supuestamente la traicionó, hasta que un día en el club de música "Phoenix" lo encuentra. Éste no reconoce a su mujer y le propone hacer un trato, hacerse pasar por su difunta mujer para cobrar una herencia millonaria.

Christian Petzold sorprendió en 2012 a la crítica internacional con el drama "Bárbara" que triunfó en el Festival de Berlín y fue presentado en otros tantos como la Seminci de Valladolid.
Para esta ocasión vuelve a contar con la pareja protagonista de aquella película y adentra a Nina Hoss y Ronald Zehrfeld en un Berlín de postguerra en el que al igual que la protagonista nos muestra una sociedad ultrajada y masacrada que ha de vivir con las consecuencias de la guerra en sus propias carnes, mientras su piel va curando y transformándose.


La historia que propone Petzold bien podría resultar inverosímil a lo que cirugías y cambios estéticos podría suponer, pero si en su momento pudimos pasar con la premisa del thriller plástico "La Piel que Habito", esta vez también podríamos darle una oportunidad. Sin embargo, el director la pierda debido a la frialdad y al trato excesivamente áspero que ha imprimido en las imágenes de la película. Si el cambio físico nos parecía lo más realista de esta historia, debe ocurrir algo para que se pierda la total credibilidad en las más de una situaciones en las que envuelve a la pareja protagonista

Seguramente no todo se deba a la frialdad de su director a la hora de contar la historia, ya que incluso en alguna escena se puede ver efectivo ese distanciamiento entre protagonistas y espectador, lo que ocurre es que para poder llevar a cabo una historia basada en un guión tan excesivamente débil y tramposo se requería una habilidad extra que no ha sabido demostrar, a pesar de la estética pulcra y academicista que recuerda a las grandes películas sobre la Segunda Guerra Mundial

Christian Petzold ha querido contar una historia de emociones y sentimientos encontrados como el amor, la culpa y la redención y cual metáfora sobre el ave fénix ha construido una antiheroína con la que resulta muchas veces identificarse, pero que tampoco contradice con lo que originalmente quiere la película. Para ello ha contado con una Nina Hoss que resulta ser lo mejor de esta fría y poco emocionante película sobre las consecuencias de los actos propios, que si en algo vale es en su escena final, que bien podría ser una de las más chocantes, friamente emotivas y mejores de la historia del cine. Una pena que el resto no funcione.

+ Nina Hoss, la sutileza con que maneja un personaje nada agradecido.

- Su insistente incoherencia

PUNTUACIÓN TOTAL:     



sábado, 6 de junio de 2015

REQUISITOS PARA SER UNA PERSONA NORMAL "¡qué aburrido es ser normal!"

La actriz Leticia Dolera da el salto a la dirección en el cine tras sus trabajos detrás de las cámaras en cortometrajes como "A o B" o "Lo Siento, te Quiero". Para su presentación tuvo lugar en el Festival de Málaga donde fue una de las películas más destacadas, consiguiendo varios premios como el de Mejor Guión Novel y siendo una de las favoritas de la crítica y el público.

María de las Montañas (Leticia Dolera) tiene treinta años, está sin trabajo, novio y vida social, por lo que tiene que regresar a su casa con su madre viuda (Silvia Munt) y su hermano con síndrome de Down y gay (Jordi Llodrà). Es el punto de su vida en el que decide ser una persona normal y cumplir una lista de requisitos que debe cumplir, para ello le ayuda Borja (Manuel Burque) un chico obeso y algo raro que le demostrará que en la imperfección puede resultar mucho más interesante que la normalidad.

La existencia de "Requisitos para ser una persona normal" supone un paso lógico a la carrera de Leticia Dolera tanto delante como detrás de las cámaras. Es normal que muchos actores sientan curiosidad por experimentar qué es lo que se siente al jugar a ser director, sin embargo la mayoría de ellos se queda en eso, pequeños caprichos y juguetes. Todo lo contrario sucede con Leticia Dolera que en sus pequeños experimentos ya se podía observar que se escondía una directora con gran imaginación e ideas reclamando atención y queriendo salir a la luz para plasmar en un largometraje todo lo que venía contando con esas pequeñas historias.

Sin embargo, la transición entre corto y largometraje es complicada y lo que funciona en un medio a veces no cuaja en el otro y mantener durante 90 minutos el ritmo dinámico, acelerado y transgresor de sus cortometrajes podía ser una tarea difícil. Pero, Leticia Dolera ha conseguido sorprender y demostrar todo lo contrario y ofrecer al mundo una película que tras su aparente envoltorio de comedia hipster desenfada se esconde más de una inteligente y profunda lectura sobre aspectos fundamentales del ser humano del siglo XXI, ¿o quizás del de todos los tiempos?



"Requisitos para ser una persona normal" comienza con una primera escena apabullante, arrolladora y que sienta las bases de lo que van a suponer la siguiente hora y media de película. Nos hace dudar si será capaz de mantener el ritmo durante tanto tiempo, la respuesta es afirmativa. Para ello se vale de un trabajadísimo e inteligente guión donde no deja ningún cabo suelto y se puede oler en cada rincón, situación, diálogo y personaje un amor enorme a la vida. A la vida en sus imperfecciones, porque de eso nos quiere hablar Leticia Dolera en esta aventura de su heroína María de las Montañas en descubrir en qué consiste ser normal.

A través de sus innumerables gags situaciones cómicas e hilarantes que no dejan de sucederse vamos viendo cómo va dejando poco a poco un poso profundo y una interesante reflexión que no resulta precisamente impostada debido a que demuestra que su propia directora anda buscando su propia identidad en el mundo, como su alter ego en la película, uno de los personajes más carismáticos, divertidos, frágiles y a la vez con más ganas de luchar y seguir hacia adelante que ha dado el cine. Recuerda a la protagonista de la deliciosa y divertida "Frances Ha", homenaje o referente que no pretende esconder, algo que le dota de vida a la película en sus refentes de comedia romántica independiente americana, tanto en forma como en estilo, demostrando que modelos de comedia americana son fácilmente adaptables al imaginario español, algo que hace pensar que las ganas de reír es algo internacional y una vía de escape ante un mundo que a veces se puede poner insostenible como le ocurre a la protagonista de esta película que ante difíciles situaciones le echa cara y valentía y continúa hacia delante.



El debut en la dirección de Leticia Dolera se sitúa como uno de los más interesantes vistos en los últimos años y nos hace ver la gran directora que hay detrás del envoltorio de gran actriz y para ello se apoya de forma muy inteligente de todos los medios con los que se puede hacer una película, dando a cada uno su justo tratamiento. Desde el guión, la música delicada y apropiada, un montaje ágil y de los más imaginativos que hemos visto en los últimos años, una fotografía colorida, pasando por una dirección artística que ha conseguido una estética deliosa. Además de todos estos logros estéticos se observa una directora que proviene del mundo de la interpretación y consigue fusionar a unos maravillosos y experimentados secundarios ( bravo por Alexandra Jiménez, Miki Esparbé, Silvia Munt) con la gran revelación y sorpresa que supone Manuel Burque, que da la réplica durante toda la película a Leticia Dolera y demuestra que la fórmula de príncipe azul perfecto está acabada y que el chico gordito, friki y simpático puede ser una buena opción para la supuesta chica perfecta.

"Requisitos para ser una persona normal" resulta una de los mejores filmes de este año, una película ágil, elegante, divertida y deliciosa. Un canto de amor al ser humano en sus imperfecciones, una oda a la originalidad y a la ruptura de las cadenas que nos atan a la más perfecta y aburrida normalidad. Porque como plantea el hermano gay y con síndrome de Down de la protagonista de la película: ¿por qué quieres ser normal? Yo no quiero ser normal.

+ El alma de la película más allá de los divertidos gags
- Que se le acuse de excesivamente hipster.

PUNTUACIÓN TOTAL:  ★ ★ ★ 




lunes, 1 de junio de 2015

NUESTRO ÚLTIMO VERANO EN ESCOCIA "los dramas no son para el verano"

La cartelera veraniega, aunque estemos todavía en primavera, comienza a asomar y se estrena una de esas películas que distribuidores dejan para el buen tiempo, comedia familiar con tintes dramáticos y altas dosis de buen rollo. La película de la nominada al Oscar por "Perdida" Rosamund Pike y el protagonista de "Doctor Who" David Tenant pasó por la pasada edición del Festival de Valladolid, donde competía por la Espiga de Oro en la Sección Oficial.

Doug (David Tenant) y Abi (Rosamund Pike) son un matrimonio que está viviendo una separación. A pesar de ya no vivir juntos, deben asistir junto a sus tres hijos a Escocia para celebrar el cumpleaños del abuelo, enfermo de cáncer, aparentando que viven como una familia feliz. Sin embargo, las mentiras y los secretos deberán dejarse de lado cuando los tres hijos precipiten una delicada situación a la que deberán hacer frente como una familia unida

Comedia familiar británica al uso liderada por dos rostros británicos conocidos, tanto Romanud Pike como David Tenant, lideran esta película sobre las difíciles relaciones de pareja, la paternidad, el engaño en la que una familia se embarca a pasar las que serán las vacaciones más decisivas de su vida. Con un cierto aroma a "Pequeña Miss Sunshine", algo que homenajea y sin embargo no pretende ocultar ciertos paralelismos argumentales, "Nuestro Último Verano en Escocia" es una interesante película que plantea una historia a priori al uso para luego dar un giro sorprendente que hace que deje de ser una película convencional para dar paso a un curioso y divertido y a veces profundo retrato familiar.


Secretos, pasiones, mentiras y muchas mentiras. Este es de lo que nos quieren hablar sus dos directores, planteada como unas bonitas vacaciones en la que una desestructurada familia deberá hacer frente a sus problemas y dar la cara ante la situación que se les a a plantear y un servidor no está dispuesto a revelar, debido a que el desconocimiento será la mejor arma de esta película, el acudir a ella con la mirada limpia y sin saber el as en la manga que se reservan sus directores para sorprender al espectador.

Si antes hablábamos de la similitud con algunos pasajes de la exitosa "Pequeña Miss Sunshine", Andy Hamilton y Guy Jenkin saben desligarse a través de un humor muy británico, muy ácido y algún que otro momento memorable en el que conseguirán tocar la fibra sensible al espectador, que al igual que los protagonistas de la historia podrá reconocer las mil y un situaciones que observa e interiorizarlas e identificarse con ellas, gracias sobre todo al gran trabajo de unos actores entregados que ponen su cara David Tenant y Rosamund Pike, a los que sus directores no pretenden juzgar ni buscar verdaderos culpables y ofrece una mirada en la que cada uno actúa de la forma más humana y verdad que pueden. No sólo de los adultos vive la película y son esos tres pequeños actores el verdadero motor de "Nuestro último Verano en Escocia", la química que tiene, su espontánea naturalidad y el desparpajo que muestran hacen remover el mundo de mentiras y secretos de los adultos. Algo a lo que apela la película, el liberarse del encorsetamiento del mundo de los mayores y ser libres.

"Nuestro Último Verano en Escocia" se plantea como una despreocupada película, sin más intención que hacer pasar un agradable rato al espectador, una película ideal para la temporada primavera-verano, que sin embargo consigue dejar algún que otro poso y hará que más de un espectador salga de la sala con una sonrisa complaciente.

+ La incómoda mala leche de la que hace gala.

- Algún secundario que no encaja muy bien con el resto de personajes.

PUNTUACIÓN TOTAL: ★ ★ ★